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La Técnica
La Técnica
en Pichon Comtesse
La técnica al servicio de un gran vino es compleja y diversa.
Se basa en el conocimiento de todas las épocas y combina la precisión de todos los tiempos.
Imprescindible en ciertas etapas, la mayoría de las veces es una reflexiva compañera de viaje del vino, concebida en Pichon Comtesse como mensajera del terruño.
De la viña
al vino
Desde las profundidades de la tierra hasta la revelación de un vino de terruño, cada añada escribe su propia historia. Un juego en el que intervienen la bioingeniería, el talento humano, la intuición y el saber hacer ancestral.
La aventura comienza cuando el invierno empieza a vislumbrarse en el horizonte; momento en el que el pie de vid recibe todos los cuidados para que pueda extraer su vitalidad del suelo. La primavera calienta las hileras, la planta despierta. La savia asciende, las yemas salen de su crisálida protectora. A partir de ese momento, bajo la atenta mirada de los trabajadores, la vid prepara su follaje antes de que eclosione la floración que dará lugar al tan codiciado fruto.
El calor estival apremia a la vid y, poco a poco, los racimos se vuelven rojos; es el envero. Con el inminente final del verano, llega la sensual revelación de una uva completamente madura. Lo esencial ya está ahí.
«Los grandes vinos se forjan en la viña». Entre la viña y la bodega, da comienzo el baile de vendimiadores.
En la intimidad de las cubas, el mosto se transforma en vino y, más tarde, el arte del ensamblaje sella la interpretación de la añada.
Arranca entonces un largo periodo de crianza en barricas mientras, como un eco que resuena en el viñedo, se anuncia ya el próximo opus.
El Arte y el Vino